Antes de acoplarse a la ISS, el Discovery realizó una maniobra de vuelta completa para que sus compañeros de la ISS pudiesen verificar la integridad de la nave desde todos los ángulos posibles.
Esta comprobación se debe a la detección de una grieta de seis centímetros de longitud que se localizó los días previos al lanzamiento, y que aunque se desestimó que existies peligro, se ha preferido revisar todo al máximo detalle posible para evitar un nuevo desastre como el que sucedió el 1 de febrero de 2003, durante la reentrada del Columbia en la atmósfera, y que ocasionó la desintegración completa de la nave.
Durante estas labores de inpección se ha detectado el desprendimiento de seis fragmentos de aislante del tanque externo de combustible, que tuvo lugar durante el despegue, pero no parece que implique ningún riesgo para la nave.
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